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Arquitectos: AL BORDE
- Área: 180 m²
- Año: 2008
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Fotografías:Raed Gindeya
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El deseo de establecerse por siempre en un espacio que lo sienta como suyo, la búsqueda por vivir en armonía con la naturaleza, la necesidad de autonomía de los tres miembros que conforman la familia, el bajo presupuesto entendido como optimización de espacios y recursos, y la frase “Siempre hay otra manera de hacer las cosas y otra manera de vivir”, acuñada por Ella, se convirtieron en el punto de partida para nuestro trabajo.
Alejada de Quito y del vértigo de la ciudad, la casa se implanta en las faldas del volcán Ilaló en un terreno indómito de alta pendiente, limitado por dos quebradas, abierto a la vista del valle. Un corte en el terreno inclinado permite generar una plataforma para el asentamiento del proyecto y suficiente materia prima para generar gruesos muros de carga. La forma ondulada e irregular resultante del corte en el terreno, define la disposición ordenada y rectilínea de cada muro de tapial. La sucesión de estos tapiales y las distintas alturas de la cubierta provoca que la vivienda se fisione en espacios ya sea por usuario o actividad puesto que la casa se la entiende como la secuencia de refugios individuales.
Para evitar el efecto dominó los muros rompen su paralelismo resolviendo la estructura y fortaleciendo el carácter de cada “refugio”. Para tomar conciencia de la gran sección de los tapiales excavamos los muros y en ellos disponemos el mobiliario como estrategia de optimización del espacio. La circulación, concentrada en un extenso corredor, conforma un elemento que aísla el proyecto de los vecinos inmediatos, refuerza la autonomía de cada espacio y promueve la apertura de estos hacia la atractiva vista.
Pidiendo permiso al Ilaló. La relación armónica entre naturaleza y objeto construido es muy importante para su dueña y determinante en el diseño, proceso constructivo y funcionamiento de la casa:
1. Siguiendo tradiciones ancestrales se hace una ceremonia de pedido de permiso al volcán, ofrendas y buenos augurios son enterrados generando un centro energético en el espacio que divide lo social de lo privado. La casa se entrega con una ceremonia de limpieza de malas energías finalmente se deposita una ofrenda en el centro energético que funciona como punto de contacto entre los usuarios y el volcán.
2. Las aguas grises van a piscinas de tratamiento convirtiéndolas en aguas de riego, se diseña un baño seco y un sistema de calentamiento de agua solar. La madera y caña han sido cortadas en buena luna para evitar el uso de productos químicos en su tratamiento.
3. La tierra como material de construcción genera bajo impacto en su entorno, la materia prima sale del desbanque en el terreno, no produce escombros, almaceno calor y regula el clima interior al tener capacidad de absorber y desorber la humedad más rápido y en mayor cantidad que otros materiales. Esta arquitectura busca poner en evidencia la naturaleza material de los elementos que la componen, potenciando sus cualidades estéticas, formales, estructurales y funcionales.